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La Ecología de los Sistemas Humanos: Participando en el cambio planetario
Xavier Serrano Hortelano
Un líder sioux escribió en una ocasión: “mientras el ser humano no sea capaz de sentir el dolor que le produce a un árbol el fuego de un incendio o las incisiones del hacha del leñador, seguiremos quemando bosques y talando árboles indiscriminadamente, o por intereses económicos”. De hecho es algo que está ocurriendo en nuestro país y en diversos lugares del planeta, especialmente en Amazonas. El sufrimiento de aquellos que todavía sienten ese dolor, los nativos, es tal que algunos llegan a suidarse de desesperación o mueren a consecuencia de las balas de aquellos que invaden sus territorios sin ningún pudor, sin ningún afecto y llegan a matar para conseguir sus objetivos:construir infraestructuras para la explotación de diamantes, oro o cualquier otra cosa que de dinero o poder. Se destruye, así, nuestra fuente de vida, la naturaleza. En los últimos 150 años los humanos hemos modificado radicalmente el proceso ecológico de millones de años de nuestro planeta Gaia, con consecuencias irreversibles. Pero lo curioso es que siendo la criatura más inteligente somos también los que arrasamos, defenestramos y destruimos todo lo vivo. Hemos perdido la gran oportunidad de aprovechar las maravillas de la tecnología, fruto de esa inteligencia, en beneficio de todo lo viviente, y no solo de unos pocos humanos. Lo cual impide la sostenibilidad y por tanto la garantía de un futuro habitable. Para algunos, este es el mayor síntoma de que estamos perdidos, sin identidad como especie, como seres humanos, lo cual conduce a la irracionalidad y la auténtica locura. Así lo describe E. Sabato: “escindido el pensamiento mágico y el pensamiento lógico, el hombre quedó exiliado de su unidad primigenia; se quebró para siempre la armonía entre el hombre consigo mismo y con el cosmos” Somos, por tanto, inteligentes pero hemos perdido nuestra identidad, colocándonos en una encrucijada que conduce al ensimismamiento, la ignorancia de lo esencial y a lo que W. Reich denominó “pérdida de contacto interior “(vegetativo) De hecho, retomando algunas ideas de neurocientíficos como A. Damasio o J. Ledous y de neuroéticos como K. Evers, encontramos pistas que explican esta actitud. Puesto que si, como demuestran, las emociones están en la base de nuestros valores ya que permiten la preferencia de ciertos estímulos sobre otros y hacen posible la conciencia, se puede deducir de ello, que estamos muy bloqueados emocionalmente y eso nos impide el adecuado desarrollo de nuestra percepción, de nuestra conciencia y por tanto también de nuestra “consciencia ecológica”. A lo largo del siglo pasado, desde su experiencia clínica, autores como S. Freud, W. Reich, J. Bovwly, o R. Carballo explicaban la influencia de la represión de los afectos, de las emociones, así como la ausencia de contacto y de cariño, en el sufrimiento emocional psicosomático y la génesis de neurosis, depresiones incluso en estados psicóticos. Por tanto, son nuestros primeros años los decisivos para organizar nuestro siquismo y nuestra identidad, y también para generar el posible bloqueo de la percepción emocional y de la conciencia y el embrutecimiento emocional, en función de cual haya sido nuestro desarrollo madurativo y de la relación establecida principalmente con nuestros padres y maestros. Por ello, los cambios politicos y ecológicos medioambientales tienen que ir unidos a un cambio radical en nuestra forma de educar y de acompañar al mamífero –bebe humano. En definitiva, se trata de recuperar nuestra humanidad plasmándose tanto en la forma de relacionarnos, como en la convivencia cotidiana. Tenemos que recuperar el amor a nuestra especie para poder sentir el amor por la naturaleza y por lo Vivo al sentirnos parte de ello.
”La E.SH. Facilitar el crecimiento autorregulado del mamífero-ser humano, en función del instinto y las leyes de la naturaleza, dentro de ecosistemas familiares y escolares que respeten y acompañen dicho proceso, es su principal objetivo. Al cual nos referimos como “crianza ecológica”. Y, al mismo tiempo reivindicamos y proponemos formas para recuperar las relaciones humanas o la humanidad en las relaciones, estableciendo así “atmósferas ecológicas” en cualquier espacio social, pareja, familia, escuela, medios de comunicación, instituciones, empresas, etc. Se trata de aplicar las leyes de lo vivo a nuestra vida cotidiana, y para ello hace falta un trabajo en equipo conocedor de los fundamentos científicos y prácticos del “nuevo paradigma” que F. Capra define como “Ecologíco”, en cuanto que “reconoce la intrerdependencia fundamental entre todos los fenómenos y el hecho de que como individuos y como sociedades estamos inmersos en los procesos cíclicos de la naturaleza, según la percepción de la ecología profunda”, y que se va enriqueciendo con las aportaciones, entre otr@s, de E. Morín, H. Maturana, o M. Odent.
En esta línea, la Ecología de los sistemas humanos es la sistemática que aplica las leyes generales del funcionamiento ecológico a las particularidades propias de cada sistema humano (familia, escuela, instituciones) para que puedan cumplir su función humanizadora y potenciadora del afecto, del placer, cumplan su función de facilitar y potenciar la humanidad, la salud y recuperar su funcionalidad y que puedan cubrir sus objetivos con exponer la forma necesaria para …. desde la vida intrauteriana a la adolescencia… Décadas de trabajo preventivo y clínico poniendo en práctica ideas de vanguardia (F. Capra, M. Odent, E. Morin, H. Maturana) y contrastándolas con la práctica condujeron a esta elabroación teórica que la definí porque considero que forma parte del nuevo paradigama que F. Capra define como “Ecológico”, en cuanto que “reconoce la intrerdependencia fundamental entre todos los fenómenos y el hecho de que como individuos y como sociedades estamos inmersos en los procesos cíclicos de la naturaleza, según la percepción de la ecología profunda.
En nuestro país profesionales como C. Gonzalez, C. Rodriguez, P. Enguix, Y. Gonzalez han plasmado en sus textos aspectos que coinciden con este proyecto, y por ello lo tenemos en cuenta.
Nuestra civilización se ha ido alejando de muchos de los valores esenciales del ser humano consecuencia de siglos de patriarcado y fanatismos religiosos. Y, a la vez, este estado de cosas lo mantenemos con nuestras actitudes. Siempre que el lenguaje del amor es impedido, el odio ocupa su lugar. Cada mirada de ternura que le es robada a un niñ@, forma en él una nueva lágrima; cada “no” a su expresividad viva y auténtica debilita la confianza en sí mism@, y le hace sumiso o reactivo; cada imposición de “razones neuróticamente condicionadas” aplasta sus pequeñas iniciativas; cada caricia que su piel “echa de menos” graba en él las señales de la guerra o... de la muerte. Cada gesto de dureza ante su sexualidad activa, disminuye un poco más su capacidad de ese placer natural que produce alegría de vivir. Nuestro sistema educativo está enfermo. Es, en sí mismo, un gran error; al interpretar como inevitable, normal o innato, lo que no es más que una desviación necesaria ante una gran obstáculo en su evolución libre. “Déjalo llorar”, “No lo cojas, tiene que acostumbrarse”, “Los niños son crueles”, “Los niños no saben hay que educarlos”, “A un niño hay que enderezarle”, “Este niño me ha salido muy nervioso”, “... Si les dejas que decidan... se te suben a los bigotes” etc. Esto es sólo una pequeña muestra de lo que escuchamos cotidianamente muchos/as padres–madres y educador@s. Lo cierto es que el niñ@ morderá, golpeará, empequeñecerá al otro, será molestón, gritará en exceso, será competitivo y difamador, poco solidario o... sumiso, irresponsable, inhibido y necesitará “a toda costa” encontrar el reconocimiento de los otros/as, precisamente si no se ha sentido amado, escuchado, reconocido, respetado. Si se le ha exigido en exceso, se le ha negado su propia capacidad de elección, y destruido su ritmo instintivo y su capacidad natural de autorregularse, y por tanto de vivir en función de la natura. Esta es la realidad que nos conduce a articular defensas que nos protegen de nuestro propio yo, -de nuestra voz esencial, genuina, de nuestra bondad y nuestros afectos naturales-, y a la vez de las agresiones sociales y culturales, generando lo que Reich describió como una coraza que nos limita, nos embrutece y por tanto rompe nuestro sentimiento de pertenencia cósmica , de alegría interior, nuestra capacidad de Amar, siendo la causa de las sensaciónes, de vacío y de la mayoría de sufrimientos emocionales. Esa coraza empieza a generarse en la vida intrauterina y se va organizando durante todo nuestro proceso de maduración psicoafectiva (ontogénesis) hasta el final de la adolescencia. Por ello son las relaciones que se generan en los ecosistemas humanos esenciales, familia y escuela, las gestoras de dichos sistemas defensivos y también de su alternativa, el desarrollo de seres humanos saludables y alegres, y por tanto con identidad Humana y conciencia ecológica. Lo que implica una inteligencia racional y funcional que se asienta en una bases emocionales libres y vinculadas a la fuerza del instinto.
Natura y cultura como un par funcional y prometedor de cambios culturales, sociales y políticos radicales y esperanzadores. Para prevenir la formación de esta coraza, es necesario cambiar nuestra forma de relacionarnos con los bebes y con los niños y entre nosotros mismos, padres, educadores, profesionales, en cuanto somos sus modelos y su fuente de vida a través de los ecosistemas esenciales, familia y escuela. W. Reich propuso, junto con su amigo y colaborador A. S. Neill –pedagogo y fundador de Summerhill- una dinámica alternativa que se conocería como Autorregulación.
La autorregulación implica libertad de expresión, libertad sexual, emocional, verbal, pero también interacción relacional y límite. El cual viene marcado por el propio ritmo del niñ@ dentro de cada sistema.
Después de varias décadas desarrollando esta tarea a través de equipos especializados en diversas ciudades españolas hemos sistematizado una forma de intervención preventiva tanto en la familia y en la escuela como en otros grupos o colectivos sociales e institucionales que definí en su día “ecología de los sistemas humanos Afortunadamente esto, en cierta medida, ya está ocurriendo, Lo evidente es que se esta desarrollando un nuevo paradigma. Y, dentro de éste, La críanza ecológica es, la alternativa radical y realista para cambiar nuestro estado de cosas, junto a los cambios sociales y políticos, también necesariamente ecológicos. Capacidad de placer, cooperación, apoyo mutuo, solidaridad, respeto y una ética amorosa, junto a una agresividad funcional, serán algunos de los atributos naturales de la nueva Estructura Humana que contrasta con las estructuras enfermas y sadomasoquistas que prevalecen desde hace siglos, y que son fruto de una forma de relación y de educación infantil represora, antiecológica y extraña a lo humano.
Debemos asumir que la crianza ecológica es un reto hermoso y trascendente, pero también muy complicado y que exige de la ayuda y colaboración de muchas personas y profesionales. No puede ser solo una cuestión de voluntad, de ideología o de intuición.
Desde entonces especialistas de diversas áreas han tomado en consideración esta visión proponiendo formas respetuosas para acompañar los partos, facilitar el vínculo afectivo, el pasaje de las fases sexuales, un cambio en nuestra forma de relacionarnos y una educación en libertad. Pero, desde nuestra práctica profesional, hemos echado en falta un discurso que aglutine todas estas investigaciones e intervenciones alternativas sobre la maduración humana, desde la vida intrauterina hasta el final de la adolescencia, en un proceso continuado y permanente. Aglutinar experiencias empíricas y una base de datos amplia de todos los colectivos y profesionales que trabajan en esta línea es el principal objetivo del “Instituto internacional de Ecología de los sistemas humanos “. Especialistas en el embarazo, parto ecológico, apego, lactancia natural, sexualidad infantil, mediación familiar, violencia de género, resolución de conflictos institucionales, grupos psicosociales, etc poniendo nuestra experiencia en común para generar formas de intervención basadas en la evidencia y en el contrate empírico y no en suposiciones o ideologías. Lo cual viene enriquecido por las aportaciones realizadas al nuevo paradigma durante los últimos decenios en diversas áreas del conocimiento: obstetricia, pediatría, física cuántica, filosofía, psicoterapia, pedagogía… La información y la investigación complementan la función de dicho instituto. Se trata pues de interrelacionar, y complementar, la praxis de la ecología social y de la ecología política con la ecología de los sistemas humanos, con el fin de facilitar el cambio planetario global y permanente que necesitamos para la supervivencia y el desarrollo del Ser Humano. Es, por tanto, una tarea donde cada uno de nosotros y nosotras tiene protagonismo y responsabilidad. Porque, en última instancia, donde “todos somos uno”, el objetivo de la Vida, en palabras de E. Morin, supone: ”vivir poéticamente, vivir intensamente, vivir de comunión, vivir de comunidad, vivir de juego, vivir de estética, vivir de conocimientos, vivir a la vez de afectividad y de racionalidad, vivir de vida, , vivir asumiendo plenamente el destino del homo sapiens demens, vivir insertándose en la finalidad trinitaria (instinto, afecto, razón).
La estructura individual predispone la Estructura social, y la Estructura social potencia estructuras individuales que la mantienen (W. Reich) El objetivo es aportar nuestra experiencia y conocimientos como psicoterapeutas para romper esta dinámica. De ahí la necesidad de combinar nuestra práctica clínica caracteroanalítica (atención en crisis, focal: P. B. C. y profunda: Vegetoteapia caracteroanalitica) con la intervención preventiva y psicosocial, aplicando nuestros conocimientos clínicos a la prevención de la patología y de la coraza, tal como W. Reich propone con la creación del OIRC. y han desarrollado otros orgonomistas y profesionales del nuevo paradigma en aspectos parciales (embarazos, partos, educación, etc) La Ester lleva 30 años en esta línea (intervención embarazo con la madre, pareja y grupos, acompañando al parto ecológico y al posparto, facilitando vínculo, grupos de padres de 0 a 6 años, escuela libre els donyets, talleres profesores, talleres adolescentes, talleres parejas, conferencias, etc… Después de todo este tiempo trabajando en la línea de la autorregulación aplicando el funcionalismo orgonómico he denominado como “Ecologia de sistemas humanos el sistema de intervención”.
Focos de intervención: a) Prevención coraza rígida en sistemas humanos esenciales: Crianza ecológica Se trata de prevenir la formación de las Estructuras actuales : psicotica( distress pre y posnatal) ausencias de objeto primitivo) fronteriza (represión-castración oral traumática, distres posnatal) y neurótica (represión anal y castración genital distress psicosocial) y poner medios adecuados desde la vida intrauterina hasta la adolescencia para que el mamífero-ser humano desarrolle sus potencialides humanas de forma autorregulada, en atmósferas ecológicas (respeto del propio ritmo, amor instintivo, cuidado, protección, alimentación y hábitos ecológicos, límite e interacción con el otro y con la naturaleza, integración funcional psicosomática : viscero-limbico-cortical), es decir recuperar una Estructura Humana funcional y ecológica. Para ello tenemos que aumentar conciencia y desarrollar intervenciones psicosociales en el sistema familiar y educativo aplicando las leyes generales de la ecologia de sistemas a cada caso en particular, actuando de una forma coherente: respeto de ritmos, tener en cuenta las necesidades y posibilidades de todos los miembros del sistema, acompañar procesos, contener, apoyar, reforzar… Intervención individual psicocorporal con el bebe y el niño (masajes, juegos, audiopsicofonologia) ; así como con la pareja y con el sistema familiar con medios sistémicos y caracteroanalíticos (psíquicos y corporales)
B) Prevención “plaga emocional”(W. Reich, 1940) en sistemas humanos complementarios : instituciones y colectivos sociales Descontaminar las atmósferas viciadas y saturadas de peste emocional de las instituciones y colectivos sociales, gestionar mejor sus recursos en base a la autogestión reconocimiento de las autoridades funcionales y del protagonismo de todos sus miembros. Aplicando el funcionamismo orgonómico y a través de herramientas caracteroanalíticas, psicocorporales y grupoanalíticas.
C) Atención en crisis y cuidado del cuerpo individual Aplicando los principios de la vegetoterapia a la intervención focal psicocorporal, -a través de la psicoterapia breve caracteroanalitica (Serrano, 1990)- abordamos crisis psicopatológicas y existenciales para reducir el consumo de psicofármacos y utilizarlas como puntos de inflexión psicosomáticos aumentando la conciencia y las capacidades del yo frente al carácter rígido y el embrutecimiento perceptivo. A traves de conferencias, jornadas, talleres y espacios grupales (ritmo, placer, muerte, parejas, sexualidad…) reducimos distréss, y recuperamos contacto, cambiando hábitos y actitudes caracteriales contribuyendo a nuestros procesos de autorregulación psicosomática y la interrelación con la naturaleza: identidad planetaria –espiritualidad laica.
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